domingo, junio 04, 2006

Jorge Berrizbeitia, Presidente del CNTI: "libertad, no libertinaje"

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Jorge Berrizbeitia, del Centro Nacional de Tecnología.
Foto: JESÚS CONTRERAS
La soberanía tecnológica, esa puede ser la frase que defiende a capa y espada el Centro Nacional de Tecnologías de la Información. Esto se produce por una razón de peso. A decir de Jorge Berrizbeitia, presidente del CNTI, hoy todas las organizaciones dependen del uso de las tecnologías más que en cualquier otro momento de las historia.

Es tal el grado de dependencia, que el ente o los entes que manejan ese conocimiento ciertamente tendrán una ventaja y un control que incluso podrían estar por encima de muchas decisiones de Estado.

Berrizbeitia está claro en que la dependencia puede estar tanto en un modelo de software libre como en uno propietario, lo que te aleja de esa posición o estado es el conocimiento; por eso estima que el modelo de software libre es el camino más viable para poder llegar a esa soberanía o a ser dueño de ese conocimiento.

“El Gobierno es una gran institución que tiene que funcionar ordenadamente y necesita tecnología como herramienta para ordenarse.

Así como en una empresa privada el presidente de una organización da una orden, el gobierno emite su orden como un decreto. En el caso del 3.390, se buscó ordenar administrativamente toda nuestra organización para tener una herramienta eficiente.

El decreto consideró al software libre como la mejor vía para cumplir los objetivos de tener un gobierno electrónico y potenciar la participación ciudadana. Eso no quiere decir que se prohíba el uso de un software propietario. El orden se logra con una orden; para hacerlo se deben llevar las cosas estructuradas, con el software libre el Gobierno tiene el conocimiento y se podría dejar de ser dependiente. Además, si voy a poner el futuro de mi organización en las tecnologías, debo hacerlo en una herramienta sólida, independiente. El software libre es una de las vías”.

Derecho soberano. Para Berrizbeitia, el Gobierno tiene que reservarse el derecho de intervenir cualquier sistema informático si ve que los intereses del país están en riesgo. Está consciente de que en un mundo interconectado no se logra la total libertad, dice, pero también que el derecho y la libertad termina y comienza con el del otro. “Lo libre es algo controversial, también debe ser controlado para evitar el libertinaje”.

El funcionario hace esta acotación por las libertades postuladas por las comunidades de software libre: la libertad para ejecutar el programa con cualquier propósito (llamada Libertad 0) ; libertad para estudiar y modificar el programa (Libertad 1) ; libertad de copiar el programa de manera que puedas ayudar a tu vecino (Libertad 2) ; libertad de mejorar el programa y hacer públicas tus mejoras de forma que se beneficie toda la comunidad (Libertad 3).

Si a partir de un sistema de programación libre, como el lenguaje C, el Gobierno o alguna empresa o institución del Estado diseña una aplicación que podría ser estratégica para el país tendría que dar los códigos de dicha aplicación a la comunidad de software libre.

Con esto, la información y el conocimiento adquiridos serían usados para descubrir o buscar información vital para el país.

Berrizbeitia afirma que el modelo de software no es libre sino venezolano. “De allí nuestra necesidad de compartir y tener comunidades locales para desarrollar unas estrategias basadas en software libre pero que nos garanticen la libertad de proteger ese conocimiento que podría convertirse en una herramienta contra nosotros. Allí caeríamos en otro problema de soberanía.

Por eso debemos evitar que tomen nuestro talento o el producto desarrollado por nosotros; también tenemos la capacidad de potenciarlo, si no, otro lo hará. Lo importante es conocer y tener capacidad nacional para hacer; partiríamos de la base de software libre para que sea luego de reserva del Estado, determinar qué se libera y qué aplicación se considera como tema de seguridad.

No podemos ser tan ingenuos de decir que todo será libre porque eso es poner a los países que están dominando en la posición de seguir haciéndolo. Ellos dirán: usa todo lo libre y todo lo que tú piensas y creas que yo sacaré provecho de lo que desarrolles al ver tus códigos. Hay grandes transnacionales interesadas en esto del software libre que están por intereses económicos”.

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