jueves, junio 08, 2006

El imperio de nuevo presenta sus cadaveres como trofeos de triunfo

La eliminación del enemigo número uno de los estadounidenses en Irak, el líder terrorista jordano Abu Musab Al Zarqaui, fue presentada como un gran éxito en la lucha contra la violencia, pero la amenaza que representa su grupo sigue vigente, informó AFP.

El presidente estadounidense, George W. Bush, "se congratuló" por la muerte de Zarqaui, pero sabe que "el terrorismo" continúa siendo un problema en Irak, declaró este jueves el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.

La noticia "es un golpe verdadero" para los terroristas e insurgentes en Irak, dijo Snow a los periodistas.

"Zarqaui fue eliminado", proclamó el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, con tono triunfal, anuncio recibido con aplausos por los presentes, entre los que se encontraban el embajador de Estados Unidos, Zalmay Jalilzad, y el jefe de la Fuerza Multinacional, George Casey.

"Zarqaui es responsable de la muerte de miles de personas en Irak y el extranjero. Era el padrino de los asesinatos religiosos y del terror en Irak. Su muerte es un paso en la dirección correcta para Irak y en la lucha internacional contra el terrorismo", destacó el diplomático estadounidense.

La eliminación del hombre que es considerado como el responsable de la mayor parte de los mortíferos ataques en el país se produjo en un buen momento para el jefe del Gobierno iraquí, menos de tres semanas después de que asumió el cargo.

Maliki convirtió la lucha contra la violencia, que aumentó en intensidad desde que llegó al poder, en su prioridad absoluta. Pero el atraso en los nombramientos en los puestos responsables de la seguridad, debido a interminables negociaciones entre los diversos grupos políticos, fue considerado en varias oportunidades como una falta de autoridad.

Estos nombramientos finalmente fueron aprobados una hora después del anuncio de la muerte de Zarqaui por el Parlamento iraquí reunido en la zona fortificada del centro de Bagdad.

Durante la conferencia de prensa consagrada al anuncio de la eliminación del jefe terrorista jordano, por cuya cabeza Estados Unidos ofrecía 25 millones de dólares, el general Casey advirtió que no hay que ser demasiado optimistas.

Después de la eliminación del jefe de Al Qaeda en Irak y de siete de sus colaboradores, se plantea la capacidad de esta red para reconstruirse.

El Gobierno iraquí anuncia periódicamente el arresto o la muerte de miembros de esta red, sin que se traduzca en una disminución de los atentados, sobre todo de los atentados suicidas contra los civiles, en general chiitas.

Abu Musab al Zarqaui no ocultaba su odio a los chiitas. Llamó a los sunitas a combatir contra sus compatriotas chiitas y atacó violentamente al más prestigioso de sus jefes religiosos en Irak, el gran ayatola Ali Sistani, en una grabación audio difundida por internet el 2 de junio.

Al Qaeda en Irak sigue siendo una organización poco conocida, aunque parece ser descentralizada, con un jefe local llamado "emir" en las provincias de mayoría sunita. Su funcionamiento interno y los vínculos entre sus diferentes células siguen siendo un misterio.

Hasta ahora esta organización ha mostrado su capacidad para mimetizarse con el paisaje urbano y el campo de Irak, continuando activa después de numerosas operaciones como la que expulsó a sus miembros de la ciudad de Faluya, al oeste de Bagdad, en noviembre de 2004.

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