viernes, junio 09, 2006

Domingo Maza Zavala desmintió supuesta quiebra del BCV

El director del Banco Central de Venezuela (BCV), Domingo Maza Zavala, expresó que el ente emisor tiene en estudio de la reforma monetaria, desde hace algún tiempo por ser una materia de su competencia, asimismo, negó que el instituto emisor esté al borde de la quiebra.

Tal apreciación la hizo al término de su exposición en el foro “La Reforma Monetaria en Venezuela, Retos y Posibilidades”, organizado por Presidencia de la Asamblea Nacional, conjuntamente con la Dirección General de Investigación y Desarrollo Legislativo, donde asistieron diputados de la Comisión de Finanzas, expertos nacionales e internacionales.

En ese orden de ideas, y a título personal, explicó que cualquier decisión sobre materia monetaria debía tener la participación esencial y efectiva del BCV.

Acotó, que en el caso de una reforma como estaba planteada, tenía que estudiar con detenimiento por los aspectos que contenía, entre estos, jurídicos, legales, monetarios, financieros, económicos e incluso, culturales.

Al respecto, explicó se trataba de un nuevo manejo de la moneda o de modificación de la cultura monetaria de la población, de una adaptación del mercado, del sistema de precios, de pagos y de las modalidades de circulación del dinero, por lo tanto, afectaba todas las instancias de la autonomía y vida de la gente.

Al respecto, precisó que no era fácil entender los alcances de la reforma monetaria, tampoco implantarla, como tampoco esperar resultados a corto plazo de la misma, y advirtió que de llegar a concretarse pasarían cuatro o cinco años antes de obtener los resultados o consecuencias de la misma.

A su juicio, el objetivo más importante que pudiera perseguirse con una reforma monetaria sería el fortalecimiento de su valor, porque de no ocurrir así, el objetivo se vería frustrado en gran parte, debido que ese valor revelaba una expresión del éxito de la economía, sobre todo, en alcanzar en áreas de producción, consumo, ahorro e inversión, por ser un símbolo de la nacionalidad, el emblema de un país y, en consecuencia, su fortalecimiento debería perseguirse con voluntad y irracionalidad.

No obstante, dijo el doctor Zavala, que no debe tomarse una decisión precipitada al respecto, ni en forma unilateral, ni fuera de tiempo, “habría que esperar la convergencia de los organismos competentes en la materia, como son el Poder Ejecutivo, Legislativo y BCV”.

Con relación al supuesto cambio del nombre de la moneda Nacional, afirmó que tendría que reformar la Constitución Nacional, que expresa que la unidad monetaria es el bolívar, por lo tanto, es y seguirá siendo, mientras a Venezuela no le conviniera celebrar un proceso de integración latinoamericano que le permita sustituir el bolívar por una unidad latinoamericana, pero por otra moneda en Venezuela no, hasta tanto se reformara la Carta Magna.

En cuanto a si era posible bajar la inflación a un dígito, respondió que sí, pero de concordar todos los factores anti-inflacionarios y con políticas convergentes en la materia, tal como había ocurrido hasta ahora, porque “pasar del 20 al 11 por ciento no ha sido fácil”, pero hacerlo del 11 al 9 ú 8 sería menos difícil.

En ese sentido, agregó Maza Zavala: “En eso estamos, ojalá que en este año podamos llegar a un dígito”.

Consultado sobre las pérdidas económicas y supuesto quiebre del BCV, respondió que ningún Banco Central en ninguna época y parte del mundo ha quebrado, y aseguró que el caso venezolano si las ganancias que obtiene el ente financiero por utilidades cambiarias y otras modalidades van al Fisco Nacional, las perdidas tienen que ser cubiertas por este ente, pero que tal situación no ha ocurrido en algún tiempo.

Recordó, que el pasado las pérdidas del BCV fueron cubiertas por el Fisco Nacional. Aseveró que las llamadas pérdidas del BCV ocurren porque el banco tiene la obligación y facultad de ejercer la política monetaria, que significaba evitar las presiones inflacionarias que poseen el alto nivel de liquides del mercado financiero y la gente, por lo que el instituto trataba de suprimir el excedente monetario y al hacerlo utilizaba instrumentos costosos, como los certificados de depósitos de 14 a 28 días, con una tasa de interés promedio del 10 por ciento, los cuales adquirían las instituciones financieras, y a través de estos absorbían liquidez monetaria excedentaria.

Manifestó, que siempre estaba planteada la posibilidad que las tasas de interés por dichos certificados disminuyan, pero no era fácil, porque en el supuesto de llegar a cristalizarse, la banca tratará de reajustarse en sus ingresos y utilidades mediante la baja de tasa de interés sobre ahorros, por lo que serían estos quienes paguen las consecuencias.

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