El plan de la contrarrevolución es tomar la calle y provocar que el Gobierno Bolivariano emplee la fuerza pública. El propósito es crear un escenario de disturbios, muertos, sangre y violencia. Usan a los sectores más desprevenidos entre los estudiantes, propensos a una prédica ultra extremista, y a ciertos grupos entre los más desesperados y atrasados.
El plan aprovecha aquellos vacíos donde no hay suficiente organización revolucionaria o es débil el aliento ideológico y patriótico. El objetivo es que el país no pueda llegar a las elecciones presidenciales de diciembre, o que éstas se lleven a cabo en un ambiente de caos y desestabilización.
Las organizaciones populares y revolucionarias deben abortar y sofocar el plan de la contrarrevolución. Cuando hace algunos días intentaron aprovechar el asesinato de los niños Faddoul para un plan semejante, los estudiantes y el pueblo replicaron con una potente manifestación. No permitieron que les arrebataran las calles. Son necesarias iniciativas semejantes para que fracase el plan contra la paz y la Nación que se pretende iniciar con los disturbios en Mérida.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario