sábado, junio 03, 2006

Congresista norteamericano impulsa investigación de masacre en Irak y pide "repliegue" de tropas

Representa a los clásicos católicos demócratas de entre los años treinta y la década de los setenta, y que posteriormente se convirtieron en lo que se vino a denominar los demócratas de Reagan. Se opone al aborto. Defiende la pena de muerte. Es contrario al control de armas. Apoya la investigación con células madre. Sin duda alguna, es más halcón que paloma y más amante de las aventuras militares que el demócrata medio. Entre 1966 y 1967 sirvió de forma voluntaria en Vietnam. De allí se trajo dos corazones púrpura y la estrella del valor en el combate. En 1990 pasaba a la reserva con el grado de coronel.
John Patrick Jack Murtha es un político estadounidense que el próximo día 17 cumplirá 74 años. A los 42 se convirtió en el primer veterano de la guerra de Vietnam que era elegido para el Congreso. Era 1974. Desde entonces ha sido miembro del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Durante más de tres decenios, el congresista Murtha ha estado íntimamente ligado a la política de seguridad nacional y exterior de Estados Unidos. Ha servido tanto en comités del Capitolio como en misiones en el exterior -desde Bosnia a Filipinas, donde fue observador de procesos electorales, pasando por Panamá y El Salvador-.
Esta combinación de papeles ha hecho que en casi todas las crisis relacionadas con el exterior de los últimos 20 años, el consejo y recomendación de Murtha haya sido oído por presidentes y congresistas. En su libro From Vietnam to 9/11 (Desde Vietnam al 11-S, escrito con John Plashal), el político Murtha disecciona algunas de las crisis internacionales que han entrado en la historia: desde Vietnam a Líbano; desde los Balcanes a Afganistán... El libro refleja tanto los aciertos de Estados Unidos en política exterior como los fallos.
El pasado mes de noviembre, Murtha señalaba uno de esos fallos: creaba una tormenta política al pedir el "repliegue" -que no "retirada", según sus propias palabras- de las tropas estadounidenses en Irak. "Estados Unidos no puede desarrollar ya ningún papel militar en Irak. Es hora de traer las tropas a casa", dijo entonces. Murtha es el ejemplo del político que votó la resolución en el Congreso que autorizaba el uso de la fuerza contra Irak y que luego expresó "dudas" sobre la invasión. En mayo del año pasado fue tajante y afirmó que los problemas que tenían los militares en el antiguo país que dirigió con puño de hierro Sadam Husein se debían a una "falta de planificación" por los altos mandos del Pentágono. Si no se cambiaba de rumbo, dijo Murtha, la guerra no se ganaría jamás. La realidad parece no contradecirle.
Crítico con la Administración de George W. Bush y su política en Irak, no se cansa de repetir que la estrategia en ese país pasa por soluciones políticas. Ya no más soluciones de teatros de guerra. "Éste es el tipo de guerra en el que hay que ganarse los corazones y las mentes de las personas", ha dicho el militar en la reserva. "Retrocedemos cada vez que ocurre un incidente como el de Haditha. Esto es peor que Abu Ghraib", declaró Murtha sobre la posible matanza de dos docenas de civiles a manos de marines de Estados Unidos en aquella localidad

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