Vicepresidente boliviano elogió oferta de gas de Venezuela a Chile

La Paz, 15 May. ABN.- El suministro de gas ofrecido por Venezuela a Chile sería beneficioso para Bolivia porque mejoraría el precio del producto, según afirmó el vicepresidente y actual jefe de Estado interino boliviano, Álvaro García Linera.

El funcionario replicó de este modo a los recurrentes alegatos de políticos conservadores sobre una supuesta competencia desleal de Venezuela para con Bolivia en busca del control de los mercados sudamericanos, según reseñó Prensa Latina.

García Linera aseguró que al Gobierno boliviano no le preocupa la oferta hecha por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, a su homóloga de Chile, Michelle Bachelet, durante la reciente cumbre eurolatinoamericana que se llevó a cabo en Viena, Austria.

'Si se produjera la venta de gas venezolano hacia Chile, el beneficiado resultaría ser Bolivia', afirmó García, quien reemplaza en sus funciones al presidente, Evo Morales, actualmente en gira por Europa.

Explicó que la construcción de un gasoducto desde Venezuela hasta Chile sería tan costosa que fácilmente elevaría el precio del gas en la región, al menos en una primera fase.

Estimó que el aumento fijaría la cotización regional del combustible entre siete y nueve dólares por millar de Unidades Térmicas Británicas (BTU), lo que representa el triple de lo que Bolivia cobra a Argentina y a Brasil (más de tres dólares).

Sobre la posibilidad de que Bolivia suministre gas a Chile, García dijo que el tema se tratará en forma paralela a la negociación con ese país de una salida soberana al mar, de la que Bolivia fue privada por su vecino en el siglo XIX, sin que ello sea una condición para abrir una negociación.

Esa posición suaviza la llamada política de gas por mar, dictaminada en 2004 por un referendo y que consiste en utilizar el gas como instrumento para recuperar el acceso marítimo.

La consulta fue motivada por la rebelión popular que en 2003 obligó a renunciar al entonces presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, y que fue desencadenada por el repudio mayoritario a la posibilidad de usar las costas chilenas para exportar gas a Norteamérica.