jueves, mayo 25, 2006

Evo Morales lanza política boliviana de control de plantaciones de coca

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El presidente boliviano Evo Morales durante su anuncio del control de las plantaciones de coca para evitar la expansión del narcotráfico, el 20 de mayo de 2006, en el estadio de Caranavi, a 120 kms de La Paz.
CARANAVI, Bolivia (AFP) - El presidente de Bolivia, Evo Morales, quien además es líder de los cocaleros del Chapare, lanzó este sábado en la región agrícola de los Yungas, un programa de control de plantaciones de coca para evitar la expansión del narcotráfico.

"El mejor aporte a la lucha contra el narcotráfico es la reducción voluntaria y producción de coca racionalizada por familia, y vamos a demostrar cómo se lucha contra el narcotráfico, sin represión, sin erradicación forzosa, sólo con reducción voluntaria", destacó el gobernante.

La propuesta fue aprobada por miles de productores y colonos en una multitudinaria concentración en un coliseo deportivo de Caranavi, a 120 km al noreste de La Paz, una región eminentemente agrícola.

La producción del arbusto en los Yungas está permitida hasta un volumen de 12 mil hectáreas exclusivamente para uso tradicional, pero las autoridades sospechan que hay un excedente de unas cuatro mil.

Una draconiana legislación antidroga aprobada en la década de los 90 a instancias de Estados Unidos, pero que en los hechos quedó en desuso desde la asunción de Morales en enero, permite el cultivo para el 'acullico' (masticación) y para fines medicinales y rituales.

Morales propuso "una extensión limitada de cultivos de coca por familia, para que no haya exceso de coca" y afirmó que esa meta supone "erradicación voluntaria, concertada (pero) sin que haya cero de coca" como pretende Estados Unidos, principal consumidor de cocaína del mundo.

Un 77% de la hoja de coca producido en esta región de La Paz estaría siendo canalizado hacia fines ilícitos, según el responsable de la Dirección General de la Coca (Digeco), Luis Cutipa.

Morales contrastó el carácter voluntario de la campaña de racionalización y erradicación de coca con las que llevaron en el pasado sus antecesores, y que dejaron muertos y heridos, especialmente en el Chapare.

Los gobiernos de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-97 y 2002-2003) y de Hugo Banzer (1997-2001) y Jorge Quiroga (2001-2002) lanzaron feroces campañas contra la coca apuntalados por la inflexible política de Washington.

Los gobiernos de Banzer -que antes había ocupado el cargo de facto entre 1971 y 1978- y de Quiroga, lograron eliminar con fuerte intervención militar y policial y un saldo de decenas de muertos unas 60 mil hectáreas de coca en un quinquenio.

La hoja, principal insumo de la cocaína, se cultiva también en el Chapare (centro del país) y estaba severamente restringida por la ley hasta 2003 cuando los sindicatos acordaron con el ex presidente Carlos Mesa fijar una extensión de 1.200 metros de plantaciones por familia cocalera.

Se estima extraoficialmente que en el Chapare, reducto sindical y político de Evo Morales, existen unas 23.000 hectáreas de coca.

En desacuerdo con la política boliviana antidroga, Washington redujo su cooperación antidroga en 11 millones de dólares y la fijó en 80 millones para 2006. El recorte del próximo año será más drástico y el monto final se estacionará en 67 millones de dólares, según anunció Estados Unidos.

Morales informó además que "hay un proyecto para Chapare y otro para Yungas para la industrialización de la hoja y nuestra política será la industrialización con fines benéficos para la humanidad".

También instó a plantar cafeto, de reconocida calidad en la zona, pero el "orgánico y ecológico" porque si "el producto es transgénico nos van a derrotar en el mercado internacional".

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