jueves, mayo 18, 2006

EEUU: Malos augurios para Bush y los republicanos

Redacción Central, 17 may (PL) Las últimas encuestas publicadas en Estados Unidos marcan hoy un favoritismo de los demócratas y el final de la era republicana en el control del gobierno y del Congreso.

Tras años de llevar las riendas del país usando un mensaje elaborado sobre la base de la seguridad nacional, al carro republicano se le terminó el combustible, según las encuestas.

Los niveles de aprobación en estos momentos son los más bajos para el presidente George W. Bush y su partido desde que asumieron el control de la nación.

Ahora, el norteamericano promedio que apoyaba al gobierno cuando se manipulaba el tema de la seguridad nacional o el miedo al terrorismo parece ganar conciencia.

Los sondeos acentúan algo que preocupa a los estrategas republicanos desde hace varios meses: perdieron la confianza pública.

Aunque muchos políticos del partido intentan poner distancia de la Casa Blanca, a escasos meses de los comicios de noviembre, el mal parece que está hecho.

Hay indicios de que los norteamericanos mayoritariamente confían más en los demócratas para enfrentar la situación en Iraq, lidiar con la economía, la inmigración y otros asuntos.

Así lo confirmó una consulta del diario The Washington Post y la ABC News.

Como anteriores estudios, la dupla encuestadora encontró que un 69 por ciento piensa que la nación está descarrilada y marcha por un rumbo equivocado.

Esto, agrega, mejora las oportunidades demócratas para avanzar en noviembre aunque no hacen los méritos suficientes al carecer de propuestas alternativas, lo que lleva a algunos analistas a sugerir que los republicanos cavaron su propia tumba.

El sondeo del Post-ABC News coloca a la oposición en ventaja de enfrentar mejor los 10 problemas presentados a consulta.

Aunque hoy son mayoría en ambas Cámaras del Congreso, sólo un tercio de la población apoyaría esta continuidad de los republicanos y un 56 apoya un control de la oposición.

Todo indica que llegó el fin de la era de los Tom Delay, ex líder de la Cámara que renunció envuelto en un escándalo de fraude y corrupción, y William Frist, líder del Senado, también con entorno salpicado por los escándalos.

Las elecciones de medio término, como son conocidas las de noviembre, por lo general se convierten en un medidor de la labor presidencial y del Congreso.

En ese sentido, el 30 por ciento de los pesquisados dijeron que expresarán su oposición a Bush y sólo un 12 por ciento señaló que lo apoyaría.

Los últimos sondeos evidenciaron también que el gobernante perdió incluso la confianza entre los conservadores de su partido.

Otras investigaciones sostienen que la población se volvió más pesimista sobre la guerra en Iraq, el precio de los combustibles y el futuro del país.

Una encuesta de Gallup mostró que sólo el 52 por ciento de los conservadores y el 68 por ciento de los republicanos aprueban el desempeño de Bush, ambas son marcas mínimas.

Expertos y analistas políticos aseguran que si los republicanos no pueden encontrar una forma de inspirar algo de entusiasmo entre los votantes, están condenados a la derrota.

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