viernes, mayo 05, 2006

Discurso de Cheney incita a nueva Guerra Fría, según prensa rusa


MOSCÚ (Reuters) - Un discurso pronunciado por el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, muy crítico con el Kremlin, marca el comienzo de una nueva Guerra Fría que podría alejar a Moscú de sus nuevos aliados occidentales, dijo el viernes la prensa rusa.

En una inesperada reacción a las críticas más duras de Estados Unidos hacia Moscú en los últimos años, los analistas afirmaron que Washington ha creado un cordón antirruso de estados alineados con Occidente, desde el Báltico hasta casi el Mar Caspio.

El Kremlin, en una reacción emitida pocas horas después de las declaraciones de Cheney en Vilna, la capital de Lituania, señaló que el discurso, que acusaba a Moscú de estar limitando los derechos humanos y utilizando sus riquezas energéticas para chantajear al mundo, es "completamente incomprensible".

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, declinó el viernes hacer comentarios directos, pero dijo que la reunión de las ex repúblicas soviéticas, ante quienes habló el vicepresidente estadounidense, parecía "estar dirigida contra alguien".

La prensa rusa estuvo de acuerdo, al comparar las palabras de Cheney con un discurso de 1946 del jefe de Estado británico Winston Churchill en Fulton, en el estado norteamericano de Missouri, cuando afirmó que Europa estaba dividida por un "telón de acero".

"Enemigo a las puertas. Dick Cheney dio un discurso (del tipo) Fulton en Vilna", tituló en primera plana el periódico de negocios ruso Kommersant.

"El vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney brindó un discurso clave sobre las relaciones entre Occidente y Rusia en el que prácticamente fijó el comienzo de una segunda Guerra Fría (...) La Guerra Fría se ha reanudado, sólo que ahora el frente de combate ha cambiado", acusó.

Washington y Moscú han ignorado sus diferencias desde los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, y se han concentrado en sus intereses comunes en la lucha contra grupos fundamentalistas internacionales, pero las relaciones entre los antiguos rivales se han enfriado.

Las fuertes críticas de Cheney suman nuevas tensiones, que probablemente permanezcan cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, reciba en julio a su homólogo estadounidense, George W. Bush, y a otros líderes mundiales en una cumbre del G8 que se realizará en San Petersburgo.

Es increíble que el pueblo y el actual gobierno ruso ante la evidencia indiscutible de la emboscada estadounidense sigan plegándose a los caprichos del Imperio y avalando las agresiones que planean en contra de Irán y otros países.

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