lunes, mayo 15, 2006

Bush ordena despliegue de 6.000 soldados en la frontera con México

[bushit_p] Hasta 6.000 soldados de la Guardia Nacional de EEUU quedarán desplegados en la frontera con México dentro del plan anunciado hoy por el presidente George W. Bush, quien admitió que las autoridades no controlan totalmente la zona.

En un discurso sobre inmigración, el primero que el presidente dirige a la nación sobre ese tema desde el Despacho Oval y que duró 17 minutos, el presidente expuso una estrategia de cinco puntos para crear un sistema "seguro, ordenado y justo" y resolver "los problemas creados por la inmigración ilegal".

Esta propuesta combina un endurecimiento de la seguridad en la frontera -en un guiño a los conservadores del Partido Republicano, que reclaman medidas tajantes- con un programa de trabajadores temporales, y el reconocimiento de que hay que encontrar una solución para los cerca de doce millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en EEUU.

El primer aspecto, declaró el presidente, es "asegurar la frontera". "Aún no tenemos un control completo de la frontera, y estoy decidido a cambiar eso", aseguró Bush.

Para ello, pidió más fondos al Congreso, donde se negocia un fondo de urgencia de 1.900 millones de dólares que se destinará a "una mejora drástica en la dotación de personal y de tecnología" en la frontera, dijo.

Así, para finales de 2008 se quiere aumentar en 6.000 el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, el organismo encargado de la vigilancia en la zona limítrofe.

Mientras se preparan estos agentes, se desplegará en la frontera el mismo número de soldados de la Guardia Nacional, que permanecerán allí un máximo de dos años.

Según ha explicado la Casa Blanca, el plan prevé reducir a 3.000 el número de soldados el segundo año.

Tanto el presidente en su discurso como los funcionarios de la Casa Blanca en una rueda de prensa insistieron en que no se trata de una "militarización de la frontera", un temor expresado por México.

"México es nuestro vecino y nuestro amigo. Seguiremos cooperando para mejorar la seguridad a ambos lados de la frontera", insistió el presidente.

Con el mismo fin de dar tranquilidad, Bush agregó que los soldados tendrán como misión auxiliar a la Patrulla Fronteriza en el manejo de sistemas de vigilancia, el análisis de inteligencia, la instalación de barreras, la construcción de carreteras para las patrullas y el adiestramiento.

En ningún caso participarán en tareas de detención, que "corresponderán a la Patrulla Fronteriza", afirmó el presidente.

Al tiempo que se endurecen las medidas fronterizas, Bush reconoció que es necesario resolver la situación de la población indocumentada en EEUU.

La deportación masiva, aseguró, "no es sensata ni realista", pero la "amnistía" generalizada tampoco.

Quienes lleven aquí un cierto tiempo podrán optar por una vía hacia la ciudadanía -"no automática", advirtió- si pagan una multa y sus impuestos, demuestran que mantienen un trabajo desde hace años y aprenden inglés.

Los restantes, o quienes deseen llegar ahora a EEUU, podrían acogerse a otro de los puntales del plan de Bush, un programa de trabajadores temporales que, como ha dicho en otras ocasiones, responderá a las demandas del mercado laboral y ayudará a los inmigrantes en el sustento de sus familias.

Según la Casa Blanca, Bush planeaba el discurso desde hace cerca de un mes pero decidió pronunciarlo hoy para coincidir con la reanudación en el Senado del debate sobre la reforma migratoria.

La propuesta de ley que contempla el Senado coincide a grandes rasgos con lo expuesto hoy por Bush porque combina el endurecimiento de la seguridad con un programa de trabajadores temporales y la regularización de los inmigrantes clandestinos que lleven más tiempo en el país.

La medida que apruebe el Senado tiene que ser armonizada con la que ya aprobó la Cámara de Representantes en diciembre y que hace hincapié de manera exclusiva en el endurecimiento de las normas, sin una vía de regularización para los "ilegales".

La oposición demócrata expresó su escepticismo con la propuesta de Bush.

"Debemos proteger nuestras fronteras pero la militarización es una respuesta desesperada del presidente por las fallidas políticas de un Congreso dominado por los republicanos", opinó la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

No hay comentarios.: