jueves, mayo 18, 2006

Ante la mirada atónita de grupos sociales y gobiernos, EEUU envía mas fuerzas militares al Caribe

[_eeuu_confraterniza_p] Redacción Central, 17 may (PL) Tres barcos de guerra de Estados Unidos con dos mil efectivos a bordo partieron hoy hacia el Caribe para participar en un ejercicio militar que comenzará el martes ante la mirada atónita de grupos sociales y gobiernos.

La nave de asalto anfibio Bataan, la fragata portamisiles Taylor y el buque dique de desembarco Fort McHenry fueron las escogidas ahora por el Pentágono, que mantiene desde abril en aguas caribeñas al grupo de combate encabezado por el portaaviones George Washington.

Esa parte de la Flota del Atlántico tomará parte de las maniobras Joint-Caribe Lion 2006, que ha sido relacionada con fines intimidatorios en la región.

En los próximos ensayos bélicos estarán representados también Francia, Italia, Países Bajos, España y Reino Unido, precisa este miércoles el diario The Virginian-Pilot y el sitio www.navytimes.com.

Con vuelos de reconocimiento aéreo, mediciones de profundidad y análisis de terreno, Estados Unidos pudiera estar evaluando sus posibilidades de éxito en una incursión bélica contra algún país del área, según coinciden analistas locales.

El operativo que se extenderá hasta el 15 de junio tendrá como sedes la base de Hato (conocida en Curazao bajo el nombre de "localización de seguridad cooperativa") y la isla francesa de Guadalupe, a unos 50 kilómetros de las costas venezolanas.

Aunque Holanda se adjudica la dirección del monumental entrenamiento, el Comando Sur reconoció que las acciones estarán conducidas por la Comandante del II Escuadrón Anfibio, Donna Looney, y que habrá una fuerte presencia estadounidense.

"Oficialmente, esa operación militar no tiene ningún significado político. Extraoficialmente, no obstante, el ejercicio se podría interpretar como una señal política dirigida a Hugo Chávez", destacó la página digital news.caribseek.com.

El artículo subraya que este "ejercicio grande pondrá a prueba un número considerable de tanques Leopard y navíos norteamericanos".

Expertos que siguen de cerca el acontecer hemisférico recordaron que en octubre de 1983 navíos de la VII Flota de Estados Unidos -que se dirigían hacia una maniobra en el Mar Mediterráneo-, fueron desviados para ejecutar la invasión de la pequeña isla de Granada.

Voces de diferentes puntos de la geografía regional coincidieron en que detrás de la preparación se encubren nuevas estrategias para militarizar la zona.

El Frente Cívico-Militar Bolivariano (FCMB) y otros grupos sociales, políticos y ecologistas advirtieron que la maniobra resulta "una afrenta contra las soberanías de los pueblos, para intimidar a los gobiernos que han decidido seguir la voluntad de su gente".

A finales de este mes, retornarán a los muelles de Hampton Roads, en Norfolk, Virginia, el portaaviones atómico George Washington y el centenar de aeronaves, un crucero, un destructor, una fragata misilística y más de seis mil 500 marines.

Entre ellos se incluyen fuerzas especiales de desembarco "entrenadas para la incursión de territorio hostil y la destrucción física del enemigo".

Escudada en la maniobra Confraternidad con las Américas (Partnership of the Americas), esa tropa tocó puerto en Honduras, República Dominicana, Colombia, Curazao, San Martin, Cartagena de Indias, Nicaragua y San Cristobal y Nevis.

Ese grupo de combate de la Armada, calificado como uno de los más poderosos y sofisticados del sistema bélico estadounidense, está actualmente en Antigua y Barbudas, y continuará su recorrido por otras dos semanas, según el sitio de la Marina, www.news.navy.mil.

Esa concentración militar se desliza con el alegado fin de coordinar actividades contra el tráfico de personas y drogas.

En una denuncia pública, el FCMB cuestionó: "No entendemos de qué nos serían de utilidad esos mayúsculos amasijos navales de acero, cuál es la buena voluntad y el valor agregado para nuestras fuerzas armadas".

Sobre la proyectada militarización de Latinoamérica y el Caribe, el analista boliviano, Juan Ramon Quintana, advirtió: "Deberíamos estar muy preocupados. Es una señal completamente negativa, dramática en el hecho de que existe la posibilidad de intervención (...)".

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