Anticorrupción Interpelación Popular Organizada (AIPO), la Red de Comités de Salud del 23 de Enero y movimientos populares conexos se movilizarán el 17 de mayo hasta Valencia, para combatir, al lado de la UNT-Carabobo las medidas "neoliberales" de privatización de la salud del Estado Carabobo.
Estas insólitas medidas, que traicionan al pueblo revolucionario y bolivariano son promovidas, ya no por el golpista "Pollo" Salas de la godarria valenciana, dejada a mitad de camino, sino por el gobernador Acosta Carlez.
Acosta Carlez, volviendo del revés todas las espectativas, volvió a "eructar" otra vez, pero no como en su conocida acción contra el acaparamiento de bebidas y alimentos durante el paro-sabotaje golpista de 2002-2003, sino que el"eructo", lamentblemente, es el irrespeto grosero a los principios y la doctrina antiprivatizadora de la revolución bolivariana.
Es increible -declaró Fresia Ipinza, de AIPO- como algunos gobernadores están manejando "sus" estados como republiquetas donde se imponen políticas contrarias a las que preconiza el presidente Chávez y a contramano de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Están secundando, de alguna manera, el "secesionismo" que se le critica a Rosales (Zulia), porque privatizar la salud en Carabobo y entregarle los servicios a una empresa privada (con capital español) es convertirse en el negativo de la imagen de la revolución bolivariana y socialista que esperamos; esto es capitalismo neoliberal del más puro, vestido con franela roja y envuelto en bandera de ocho estrellas.
El contrato que se le da a una empresa privada, otorgado unilateralmente y sin licitación, bajo la trampa de una declaración de emergencia en la salud, le tuerce el pescuezo a la ruta del proceso revolucionario en Carabobo y no es más que una ofensiva contrarrevolucionaria, que en lugar de socializar la salud y reforzar la participación de los trabajadores y las comunidades, le entrega el control de todo el presupuesto a los capitalistas y encima les da un 20 % en pago por sus operaciones.
Acosta Carlez nisiquiera fue capaz, comenta Fresia, de eliminar el pago por entrar y salir del horrible terminal de pasajeros del Big Low Center de Valencia y por usar los inmundos baños, que nos dejó como herencia la familia de los Rômer y la IV República. Teníamos la esperanza de haber cambiado, ya vemos que no es así en Carabobo. Ahora tendrán que enfrentar la ira de los trabajadores y el movimiento popular que sí quiere una revolución de verdad.
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