lunes, abril 17, 2006

Según las Naciones Unidas: más de 52 millones de latinoamericanos pasan hambre

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Pese a la gran capacidad productiva de América Latina y el Caribe, que elabora alimentos para 1.800 millones de personas, hay aún 52 millones que no tiene acceso a suficiente comida, reveló Naciones Unidas.

Las cifras están contenidas en tres estudios elaborados conjuntamente por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), distribuidos aquí por el máximo organismo mundial.

Los documentos analizan la situación del hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria en la región, sus causas, consecuencias y posibles soluciones.

'Resulta paradójico que América Latina y el Caribe -que tiene la capacidad de alimentar tres veces su población- todavía mantenga a más de 52 millones de personas sin acceso a suficientes alimentos para llevar una vida activa y saludable', manifestó Pedro Medrano.

El director regional del PMA destacó que estos estudios comparativos del hambre y la desnutrición también analizan el progreso de los países hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y las acciones que se deberían emprender.

Las investigaciones se concentran en tres subregiones: El istmo centroamericano, los 25 países del Caribe, Centroamérica y Sudamérica que integran la Asociación de Estados del Caribe (AEC), y los países de la región andina (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia).

El director del PMA explicó que los estudios dan una perspectiva real de la situación del hambre y la malnutrición en América Latina y el Caribe y sus posibles soluciones.

'Esperamos que generen una mayor atención política para acabar con este problema que todavía afecta a uno de cada 10 habitantes de nuestra región', recalcó.

En el caso de Centroamérica, el informe señala que cuatro países (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) no alcanzarían la meta de reducir el hambre a la mitad para el 2015.

Igualmente, la desnutrición crónica o retardo del crecimiento sigue siendo muy elevado en esa subregión: en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua afecta a más del 20% de los menores de cinco años.

Costa Rica, en cambio, se ubica en el polo opuesto, entre los tres países con valores cercanos o inferiores al cinco%, de acuerdo con los informes.

En la cuenca del Caribe, el estudio señala que el bajo peso al nacer (otra consecuencia de la desnutrición) afecta al 10% de los nacidos vivos.

Entre los países de la AEC que registran tasas más elevadas está la República Dominicana, (11), Guyana (12), Suriname (13), Haití (21) y Trinidad y Tobago (23). Las cifras de los dos últimos superan los niveles del Africa subsahariana.

En la región andina, la desnutrición crónica afecta mayormente a niños menores de cinco años en zonas rurales en Bolivia, Ecuador y Perú. Por el contrario, en Colombia la desnutrición crónica afecta a zonas urbanas.

Los estudios concluyen que el hambre y la desnutrición, además de tener efectos permanentes en el desarrollo físico y psicomotor de las personas, constituyen uno de los principales mecanismos de transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.

Entre las recomendaciones para erradicar el problema están la necesidad de contar con políticas sociales específicamente orientadas a estos fines.

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