inSurGente (Inti Tumaini) 06 Abr.- Desde 1981, Washington confecciona a su antojo una lista negra con los países a los que considera "avanzadilla del terrorismo". A primeros del 2005, señaló a los seis que, actualmente, forman el “eje del mal”: Irán, Cuba, Corea del Norte, Birmania, Zimbabue y Bielorrusia.
La estrategia de Seguridad Nacional estadounidense avala la guerra preventiva para hacer frente a países que apoyen el terrorismo o pongan en peligro su seguridad si poseen armas de destrucción masiva. Que sepamos, Bielorrusia no exporta terrorismo (como Estados Unidos), y si bien heredó -tras la caída de la Unión Soviética- 81 ojivas nucleares, éstas fueron entregadas a Rusia. Además es firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
La decisión de incluir a Bielorrusia en la lista, un año antes de las elecciones,fue un auténtico chantaje destinado a impedir que saliera reelegido como presidente Alexander Lukashenko. Si todo hubiera ido “bien” en los comicios, el país eslavo ya no estaría en dicha la lista, la cual-, dicho sea de paso-, siempre estará incompleta mientras no figure en ella Estados Unidos, el país más terrorista del mundo. Por si acaso, y dado que en Washington ha sentado muy mal la derrota de su candidato Alexander Milinkevich, el Gobierno de Minsk se está rearmando, pues entiende que ese es el único camino que frena al Imperio.
Según informó RIA Novosti, Rusia va a suministrar a Bielorrusia misiles antiaéreos S-300 y los dos países están implementando la creación de un sistema único de defensa antiaérea en el marco de la alianza entre Moscú y Minsk que “no suponen las últimas medidas tomadas para reforzar la frontera de ambos Estados”.
El jefe del Ejército del Aire ruso, Vladímir Mikhailov, en una rueda de prensa celebrada en Minsk, mostró su indignación porque Estados Unidos haya incluido a Bielorrusia en su lista negra, una inclusión que, según la estrategia indicada arriba, implica la posibilidad de ser objeto de un ataque preventivo por parte del régimen fascista de Washington.
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