lunes, abril 10, 2006

Nuevas denuncias sobre nexos con paramilitares ponen en aprietos a Uribe

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Bogotá 10 Abr. - El presidente colombiano Alvaro Uribe rechazó que se le compare con el ex presidente peruano Alberto Fujimori, al salir al paso de nuevas denuncias sobre nexos de su gobierno con paramilitares derechistas, mientras la oposición advirtió que la democracia local está en riesgo.

El nuevo escándalo salpica al servicio de inteligencia (DAS), a cuyos altos funcionarios se señala por un presunto complot contra el presidente venezolano Hugo Chávez, complicidad en el asesinato de sindicalistas y académicos, y fraude en las elecciones que llevaron al poder a Uribe en 2002.

"Se ha puesto de presente a los colombianos que el dinero del narcotráfico y el brazo asesino de la mafia estarían determinando quienes gobiernan" en Colombia, dijo el candidato presidencial opositor Horacio Serpa, al denunciar que el país avanza hacia "la consolidación de un régimen autoritario".

"En tales circunstancias, es difícil aceptar que las elecciones presidenciales en curso tengan carácter democrático", añadió Serpa, quien puso en manos de la dirección de su partido, el Liberal, examinar las denuncias y definir la pertinencia de continuar en campaña.

Las nuevas denuncias señalan que el servicio secreto (DAS, Departamento Administrativo de Seguridad) fue puesto al servicio de los paramilitares durante la gestión de Jorge Noguera, separado de la jefatura del organismo el 25 de octubre y actualmente cónsul en Milán (Italia).

Rafael García, ex jefe de informática del DAS, ahora en prisión, aseguró a dos revistas colombianas que Noguera -nombrado en el cargo por Uribe- concertó con los paramilitares y opositores venezolanos un plan para asesinar a Chávez.

Igualmente denunció que la entidad entregó a la ultraderecha nombres de sindicalistas y académicos, algunos de los cuales fueron asesinados.

García, acusado de modificar bases de datos del DAS para favorecer a criminales, también dijo haber participado junto a Noguera en un fraude electoral, que -aseguró- permitió a Uribe ganar ante Serpa en la primera ronda de las presidenciales en 2002 con 53% de los votos.

Según García, los jefes paramilitares de los departamentos de la costa Caribe manipularon las bases de datos electorales de sus regiones para hacer aparecer unos 300.000 votos a nombre de Uribe (que ganó con un total de 5,1 millones de votos).

"Si mi elección fue ilegítima, por qué lo denuncian hasta ahora (...) ¿Van a empañar a un mes y medio de la elección presidencial una acción en defensa de los sindicalistas, de la transparencia?", se defendió Uribe.

"No voy a dejar que al gobierno lo involucren con asesinatos de sindicalistas, ni confabulaciones contra el gobierno de Venezuela. No voy a dejar que haga carrera la tesis de que yo me robé las elecciones de 2002. El gobierno se ha empeñado en la protección de los sindicalistas, los periodistas, los maestros", añadió.

No es la primera vez que se vincula al gobierno de Uribe con los paramilitares, con cuya principal organización -las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)- realizó un proceso de paz que concluyó el 10 de marzo con el desarme de 28.000 combatientes.

Según múltiples denuncias de organismos de derechos humanos, algunas de ellas recogidas en un informe de una veeduría de la Organización de Estados Americanos (OEA), miembros de estos grupos siguen delinquiendo y atacando a civiles en zonas del norte de Colombia.

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