lunes, marzo 20, 2006

La agresión, segunda fase: Como en el caso de Irak, Irán es culpable porque no se puede demostrar su inocencia

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Exiliados iraníes residentes en EEUU realizan su papel
Foto: Insurgente
inSurGente.- El documento elaborado por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y discutido en la sesión secreta del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebrada este viernes, dice lo siguiente:

"Aunque la Agencia no ha visto ningún desvío de material nuclear a armas nucleares u otros artefactos explosivos nucleares, no se encuentra en este momento en posición de concluir que no hay material o actividades nucleares no declarados en Irán".

En otras palabras: no se ha detectado ninguna actividad delictiva pero no estamos en condiciones de asegurar que no exista. Un día antes de que el máximo órgano ejecutivo de la ONU convirtiera una presunción sólida de inocencia en una sospecha de culpabilidad, el documento que actualizaba la “Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos” decía lo siguiente:

"No afrontamos ningún desafío mayor que el de un solo país, Irán". Comienza pues la segunda fase de la agresión a Irán con la complicidad de Europa cuya subordinación es definida descaradamente en el documento estratégico de Washington.

"La historia ha demostrado –afirma cínicamente el documento- que sólo cuando hacemos nuestra parte, otros harán la suya. Estados Unidos continuará como líder".

Esta referencia a los países siervos –especialmente a Europa- viene acompañada de amenazas a Rusia y a China. El régimen chino "está ampliando el comercio, pero actuando como si de alguna manera intentaran bloquear suministros energéticos en todo el mundo o dirigir los mercados en lugar de abrirlos, como si pudieran seguir un mercantilismo prestado de una era ya desacreditada".

Rusia está demostrando un "compromiso decreciente con las libertades democráticas y las instituciones". Así, el futuro de las relaciones "dependerá de las políticas, interiores y exteriores, que adopte Rusia".

La amenaza militar se expresa con total claridad. Según la doctrina estratégica que se reafirma en los principios que condujeron al genocidio iraquí, en aplicación de un peculiar principio de autodefensa –el que sólo pueden aplicar los fuertes- la Administración Bush no descarta el empleo de la fuerza antes de que ocurran ataques contra territorio estadounidense, incluso aunque existan dudas sobre la presunta agresión del adversario.

Esta declaración de principios de liderazgo internacional y libertad para el uso de la fuerza militar de los Estados Unidos, es el marco en el que se reúne el Consejo de Seguridad para analizar la crisis de Irán.

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