domingo, marzo 19, 2006

Francia: el gobierno acusa a comunistas, anarquistas y trotskistas del levantamiento juvenil contra el "empleo basura"

Los estudiantes franceses esperan que un millón de personas asistan a la manifestación que se desarrollará en Paris a partir de las 14:30 horas de hoy jueves 16 y que inSurGente seguirá puntualmente. La convocatoria, apoyada por organizaciones de izquierda, se hace en contra del llamado Contrato Primer Empleo (CPE), que recoge leyes usureras para el ingreso de los jóvenes al primer empleo. La derecha y la extrema derecha han anunciado también una movilización... en apoyo de la ley. Faltaría más.

El sábado está prevista otra manifestación nacional y los opositores pretenden que el gobierno dé marcha atrás en la implementación del ya sancionado CPE para dialogar.

Simultáneamente, el presidente francés Jacques Chirac volvió a defender la iniciativa de su primer ministro, Dominique de Villepin.

Los jóvenes y los gremios denuncian que el CPE aumentará la precarización laboral porque los empresarios aprovecharán para contratar trabajadores como si fueran pasantes, ya que los contratos son por dos años y los beneficiarios pueden ser echados sin indemnización durante ese lapso.

Cincuenta y seis universidades se encuentran movilizadas por los estudiantes, de las cuales 20 están tomadas, especialmente en ciudades como Potiers, Lille, Toulouse y Nantes.

Además, hoy 46 rectores de las 84 universidades francesas le exigieron al Gobierno que dialogue con los actores sociales.

Ayer miércoles los estudiantes secundarios se sumaron a la revuelta estudiantil que no para de crecer mientras el gobierno acusa a los partidos políticos de izquierda.

Más de 150.000 estudiantes secundarios desfilaron hoy por las calles de Paris y demostraron que pese a no poseer una organización como los universitarios y sindicalistas, cuentan con una capacidad de movilización importante, aunque difícil de prever.

Laurent, joven delegado del sindicato SUD, que reúne a los trabajadores de las disquerias, le dijo hoy a Télam frente a la universidad de la Sorbona que "si el contrato se aplica los empleados de menos de 26 años sufrirán las maniobras de los empleadores".

Agregó que los patrones "son muy creativos en materia de licenciamientos, para evitar cualquier reivindicación salarial".

Por su parte, Philippe, empleado de una empresa de autopartes y padre de dos hijos de 21 y 15 años, dijo no esperar que el gobierno retire el CPE.

No obstante, expresó, en un improvisado corte del boulevard Saint–Germain, adonde se acercó a manifestar con sus hijos, que "ver a todos esos jóvenes en la calle me pone la piel de gallina y me pregunto si esto será o no el inicio de un enorme movimiento social".

Los partidos opositores, el Socialista, los Verdes, el Comunista y las organizaciones troskistas, anunciaron que se manifestarán junto a estudiantes y sindicatos para pedir el retiro del CPE, por considerarlo un primer paso del conservador Chirac hacia un contrato único y el punto de partida para acabar con varios de las ayudas sociales que brinda el Estado francés.

La crisis de la banlieue (suburbios) francesa en noviembre pasado todavía esta presente y por eso preocupa al Gobierno que jóvenes de los suburbios se estén sumando al movimiento.

"Comunistas, anarquistas y trotskistas" están incitando a los jóvenes, disparó hace dos días el ministro de educación Gilles de Robien.

Los enfrentamientos entre jóvenes y una policía antidisturbios que reacciona más rápido de lo habitual a puro bastonazo, se repiten a diario y en varios casos son de una dureza no habitual en Francia.

Los jóvenes ya comienzan a acudir "preparados" a las manifestaciones, con limones, piedras y foulard para cubrirse de los gases lacrimógenos que la policía lanza.

En tanto, militantes de extrema derecha y centros de estudiantes universitarios cercanos al partido gobernante también se manifestaron, pero a favor del CPE.

Reclaman que las universidades sean abiertas y así poder continuar con sus clases bajo la consigna "que una minoría no decida por todos".

Pese al apoyo publico de Chirac a su "delfín" Villepin, Este percibe cómo, dentro del propio partido gobernante los apoyos se hacen más difusos.

Algunos especulan con que de ceder, Villepin no sólo perderá el poco crédito que le resta entre los franceses, sino que deberá renunciar, lo que provocará una crisis en el Gobierno a poco más de un año de las elecciones.

Hoy Villepin reunió a todos los ministros en un comité de crisis para evaluar los próximos pasos del Gobierno ante las dos manifestaciones que se esperan para mañana y el sábado, donde la "calle" medirá la fuerza del gobierno y será el termómetro de los próximos acontecimientos.

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