sábado, marzo 18, 2006

Francia: Chirac teme revuelta social

París, 17 de marzo. El presidente de Francia, Jacques Chirac, instó este viernes a sindicatos y gobierno a reanudar el diálogo para evitar que la revuelta estudiantil de los últimos días se convierta en un movimiento incontrolable, mientras el país se prepara para una gran jornada de manifestaciones para este sábado.

Horas después que las protestas contra un nuevo contrato laboral destinado a menores de 26 años provocara choques entre policía y jóvenes en París y otros puntos de Francia, Chirac apeló a la "responsabilidad" de todos y subrayó que las manifestaciones deben "llevarse a cabo en calma".

Además, volvió a defender este contrato, calificado de "elemento importante" de la batalla contra el desempleo, que afecta a 25 por ciento de los jóvenes de este país.

Estos llamados al diálogo del presidente no anularán las manifestaciones previstas para este sábado en unos 160 puntos diferentes del país, en los que se prevé reunir a más de un millón y medio de personas, según los organizadores.

Será la tercera jornada de movilización general y los responsables estudiantiles confían en que sea "decisiva" ya que en ella participarán sindicatos y partidos políticos de izquierda. Si la jornada es un éxito, los sindicatos prevén convocar a una huelga general para la próxima semana.

Los manifestantes desean que el gobierno retire el llamado Contrato de Primer Empleo (CPE), aprobado recientemente por el Parlamento, porque según ellos fomentará su precariedad y su exclusión del mercado de trabajo.

El punto más polémico de esta disposición laboral es que el trabajador puede ser despedido de la noche a la mañana, sin explicaciones ni indemnizaciones, durante un periodo de dos años.

Según un sondeo de opinión publicado por el diario Le Parisien, 68 por ciento de los franceses se opone al CPE, apadrinado por el gobierno del primer ministro Dominique de Villepin.

Efectivamente, Villepin, quien hizo de la lucha contra el desempleo la prioridad de su gestión, ve cómo su popularidad se desmorona a poco más de un año de las elecciones presidenciales, en las que es considerado el sucesor natural de Chirac.

El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, quien adoptó una postura dura frente a los disturbios del año pasado en los suburbios, dijo que la vasta mayoría de los estudiantes protestó pacíficamente y culpó de la violencia del jueves a un grupo de alborotadores que buscaban pelea.

El jefe de los socialistas, Francois Hollande, acusó a De Villepin de no ofrecer una discusión real a los sindicatos y señaló que el gobernante "dialoga consigo mismo", dijo Holland a Le Parisien.

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