viernes, marzo 03, 2006

En España existe un "cisma Gobierno-Iglesia" afirma The Washington Post

Washington 02 Nar. -En un artículo titulado "Un cisma Iglesia-Estado en España", The Washington Post señala que tras su elección en marzo de 2004, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "daba fin a un cuarto de siglo de cordiales relaciones Iglesia-Estado al eliminar las clases obligatorias de religión en las escuelas públicas".

De acuerdo con el articulo del Post, Zapatero apuntó a otros objetivos diciendo que su Gobierno "suavizaría las leyes que regulan el aborto, eliminaría restricciones al divorcio, legalizaría los matrimonios entre homosexuales y permitía que estas parejas adoptaran niños".

La lucha entre la Iglesia y el Gobierno de Zapatero ha saltado del Parlamento a las calles, al púlpito y al confesionario, dando lugar en España a uno de los cismas políticos y sociales más profundos desde el regreso a la democracia hace ahora 28 años, subraya el diario estadounidense

The Washington Post recoge las recientes declaraciones del secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, sobre que el Ejecutivo socialista es "profundamente laico" y está orientado "a las reformas" bajo el argumento de que España necesitaba adaptarse a su posición de "moderno miembro" de la Unión Europea.

"No podemos permitir que la doctrina católica sea superior al Gobierno y a la legitimidad del mismo", señaló Moraleda.

El Post subraya que los que apoyan a la Iglesia dicen que el Gobierno de Zapatero es sencillamente anticlerical, cosa que, tradicionalmente, han sido todos los socialistas en España, y que está desconectado de la sociedad española que es católica en más del ochenta por ciento.

Mientras, los que secundan al Gobierno dicen lo contrario, que la Iglesia está descompasada con la sociedad española como evidenciaron las encuestas según las cuales cuatro de cada cinco españoles se autoproclaman católicos pero la mitad no son practicantes.

Fuentes oficiales de ambas partes están de acuerdo en que el Gobierno está intentando cambiar una relación fraguada en España por la Constitución de 1978, que restauró la democracia en el país tras cuatro décadas de gobierno de Franco, señala el Post.

La nueva constitución abolió el catolicismo como religión oficial en España, pero le garantizó un trato favorable, con generosas subvenciones estatales y otras ventajas.

Muchos españoles dicen que están entre la espada y la pared, desean apoyar a la Iglesia pero también quieren restringir sus poderes, añade el influyente diario norteamericano.

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