jueves, febrero 09, 2006

Mushir al Masri: "Israel ignora el lenguaje de la paz y desea trazar las fronteras según su sueño".

El País Internacional - 09-02-2006.- El movimiento Hamás advirtió ayer a Estados Unidos y a la UE de que las amenazas de cortar la ayuda financiera al futuro Gobierno palestino no provocarán cambios en su estrategia de resistencia a la ocupación. Jaled Meshal, uno de los líderes islamistas, fue rotundo al respecto: si la "puerta de Occidente se cierra, las de los países árabes e islámicos permanecerán abiertas". Nadie ignora que Meshal aludía a los ricos Estados petroleros, pero también a Irán.

Meshal, uno de los máximos dirigentes políticos de Hamás, triunfadora en las elecciones legislativas del 25 de enero, goza de excelentes contactos con el régimen de Teherán y sabe del temor de los Gobiernos occidentales -que exigen a Hamás su desarme y el reconocimiento de Israel- a que Irán se vuelque en la asistencia económica a un Ejecutivo palestino dirigido por los islamistas.

"Hamás no reconoce a Israel y no aceptaremos que nadie nos arrincone. La resistencia a la ocupación constituirá el eje esencial de nuestro programa de Gobierno... La democracia no es el sustituto de la resistencia, es nuestra alternativa para los territorios ocupados", afirmó el líder fundamentalista. "Pedimos a Estados Unidos que reconsidere su política viciada hacia Israel, y enviamos el mensaje a la UE de que nuestra victoria en las elecciones no debe servir de justificación para ceder a la presión de EE UU", subrayó Meshal en El Cairo, donde durante tres días ha negociado con el Ejecutivo egipcio, siempre clave en Oriente Próximo, la formación del Gobierno palestino y las necesidades financieras de su exhausta Administración.

"Si la puerta de Occidente se cierra, disponemos de promesas y excelentes compromisos de los Estados árabes e islámicos", apuntó el dirigente de Hamás. A nadie se le escapa que el régimen teocrático iraní está ansioso por cubrir con sus aportaciones el eventual vacío dejado por Bruselas y Washington. Omar Suleimán, jefe de los servicios de espionaje egipcios, ha apuntado en más de una ocasión ese riesgo.

Y mientras los irreconciliables enemigos (Israel y Hamás) rechazan toda negociación, tampoco dejan de enviarse mensajes. Meshal reiteró ayer, en una entrevista concedida a la cadena BBC, su disposición a respetar una tregua de varios años a condición de que Israel acepte una retirada completa de Cisjordania (tal como establece la resolución 242 de Naciones Unidas de noviembre de 1967) y a que aborde el derecho al retorno de los refugiados palestinos. No hay modo de que el Gobierno de Ehud Olmert pueda aceptar nada parecido, y menos aún a mes y medio de las elecciones generales israelíes.

De hecho, el sucesor de Ariel Sharon, en una entrevista a una televisión israelí el martes por la noche, explicó sus planes si su partido, Kadima, resulta vencedor en las elecciones parlamentarias del 28 de marzo. "La dirección es clara. Israel se separará de los palestinos para establecer unas fronteras permanentes", dijo el primer ministro interino, quien describió las partes de Cisjordania que quedarán bajo soberanía del Estado judío. "Preservaremos la unidad de Jerusalén y retendremos los principales asentamientos, Maale Adumim, Gush Etzion y Ariel", afirmó Olmert. Precisamente, los límites marcados por el muro de 700 kilómetros que Israel levanta desde 2002 y que prevé estará terminado el año próximo. El jefe de Gobierno, que sigue las directrices que ya aplicara Sharon, aseguró sobre el valle del río Jordán: "Es imposible que abandonemos la frontera este de Israel".

Para Hamás, y para el resto de partidos palestinos, esta iniciativa es inaceptable. Mushir al Masri, portavoz y diputado islamista, respondió ayer: "Israel ignora el lenguaje de la paz y desea trazar las fronteras según su sueño".


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