lunes, febrero 27, 2006

La derecha yanqui, molesta con George W. Bush

inSurGente.- La venta de seis importantes terminales portuarias de EEUU a capital árabe, ha generado una respuesta enérgica, y desconocida hasta ahora, en amplios sectores del Partido Republicano que sustenta al actual presidente de USA. Bush, que defendía publicamente esta operación (quién sabe a cambio de qué), viendo el alud de críticas, ha tenido que salir a la palestra a decir que se enteró por la prensa.

PL/ inSurGente.- La pólemica por la venta de puertos estadounidenses a una empresa árabe se torna hoy más candente, luego de trascender que el presidente George W. Bush desconocía esa transacción, realizada al parecer mediante un pacto secreto.

Hasta ahora, Bush se había mostrado como un férreo conocedor y defensor del traspaso de las operaciones de seis importantes terminales portuarias norteamericanas a la empresa Dubai Ports World, de los Emiratos Arabes Unidos.

Sin embargo, el vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, alegó la víspera que el Presidente se enteró cuando vio la noticia publicada en los periódicos".

Pero no siente remordimiento sobre el proceso o la decisión resultante, que pondrá en manos de la compañía árabe la administración de los puertos de Baltimore, Miami, Newark, Nueva Orleans, Nueva York y Philadelphia, comentó el portavoz.

La Dubai Ports World compró la firma británica Peninsular and Oriental Steam Navigation Co., la cual controlaba las operaciones de esas terminales marítimas.

McClellan reconoció que la mansión ejecutiva debió ser informada con anterioridad del negocio, pero no se excusó por haber estado al margen del proceso.

Las declaraciones del vocero contrastan con versiones difundidas por medios de prensa estadounidenses, según los cuales la venta de los puertos a la Dubai Ports World fue resultado de un acuerdo secreto entre esa compañía y funcionarios de la Administración Bush.

De acuerdo con el pacto, que será firmado el 2 de marzo próximo, la empresa árabe pagará 6.800 millones de dólares por el derecho a controlar las seis instalaciones, incluida su responsabilidad sobre el mantenimiento de los equipos.

Influyentes políticos estiman que el manejo de esos puertos por la compañía foránea afecta la seguridad nacional y crea un amplio malestar.

El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, solicitó al poder ejecutivo la suspensión del acuerdo, opinión a la que se sumaron otros legisladores y opositores del acuerdo.

Congresistas como el representante republicano Peter King y el senador demócrata Charles Schumer, analizan la posibilidad de frenar el pacto con proyectos de ley de emergencia, que estarían amenazados por el veto de Bush.

Según el gobernante, los legisladores mandan "señales confusas", ya que no se opusieron a que el negocio fuera regido antes por los británicos.

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