lunes, febrero 27, 2006

Estado mexicano culpable de cientos de asesinatos en guerra sucia

WASHINGTON (AFP) - El ejército de México y las fuerzas de seguridad asesinaron a cientos de ciudadanos durante la "guerra sucia" en ese país entre las décadas de 1960 y 1980, revela un reporte mexicano divulgado en la red por el no gubernamental Archivo Nacional de Seguridad de Estados Unidos.

"Ese documento es el resultado de cuatro años de trabajo de la oficina de Procurador de Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, Ignacio Carrillo Prieto", detalla el informe.

"Esa fiscalía fue creada en 2002 por el presidente de México, Vicente Fox, para investigar violaciones a los derechos humanos", indica en un comunicado el organismo independiente de investigación con sede en Washington.

"El reporte aún no ha sido hecho público, a pesar de que sus autores --un grupo de 27 investigadores, historiadores y activistas humanitarios contratados por el Procurador Especial en 2004 para redactarlo-- lo entregaron al Dr. Prieto el 15 de diciembre", añade el texto del organismo cuya biblioteca e instituto están en la George Washington University.

La entidad, fundada en 1985, suele divulgar documentos oficiales estadounidenses obtenidos mediante la Ley de Libertad de Información.

"Pero ese borrador sobre el reporte está circulando actualmente en México. Un periodista de la revista nacional, Eme Equis, tiene una copia y ahora publica un análisis en profundidad en la sección dedicada a las operaciones de contrainsurgencia patrocinadas por el Estado mexicano en el estado de Guerrero (sur) durante los años 70".

Otras personalidades también tienen el reporte, incluyendo a los destacados escritores e historiadores Elena Poniatowska, Carlos Montemayor y Carlos Monsivais", precisa el texto.

"Desde el año 2000, cuando la elección de Fox devino en una transición después de más de 70 años de gobierno de un sólo partido (Partido Revolucionario Institucional - PRI), el gobierno mexicano ha actuado con energía en favor de una mayor apertura y responsabilidad", reconoce el instituto.

Los archivos señalan que los crímenes mencionados en el borrador del reporte fueron cometidos "durante los gobiernos del presidente (Gustavo) Díaz Ordaz (1964-70), (Luis) Echeverría (1970-1976) y (José) López Portillo (1976-1982)", de los cuales sólo sobrevive Echeverría, de 84 años.

"En aquellos años, cientos de ciudadanos mexicanos --incontables civiles inocentes además de militantes armados-- fueron asesinados o 'desaparecidos' (secuestrados y presuntamente muertos) por militares y fuerzas de seguridad", prosigue.

"Miles más fueron torturados, o detenidos ilegalmente, o sometidos a hostigamiento gubernamental y vigilancia".

"Estamos enviando el borrador porque las familias de las víctimas de la 'guerra sucia', y la opinión pública mexicana, tiene el derecho a saberlo", explica Kate Doyle, directora del Proyecto México del National Security Archive.

En esa época, los "ciudadanos fueron frecuentemente expulsados de la participación cívica por un gobierno determinado a mantenerlos en la oscuridad. Información era poder, y el derecho a la información no existe para los hombres y mujeres mexicanos comunes", agregó Doyle.

El sitio web del archivo es www.nsarchive.org.

La violencia política en el pasado de México ha sido mucho menos documentada que la de otros vastos planes de represiones en Amércia Latina, como Argentina y Chile, mientras estaban bajo gobiernos militares.

El "reporte secreto está basado parcialmente en documentos desclasificados del Ejército mexicano y por primera vez ofrece nombres de funcionarios militares y unidades involucradas en la destrucción de comunidades enteras que el gobierno sospechaba que servían como bases para el líder rebelde Lucio Cabañas" en el montañoso estado de Guerrero (sur de México), informó The New York Times.

"En esos puestos, soldados rodearon a todos los hombres y muchachos, ejecutaron a algunos de ellos y descubrieron y detuvieron a otros, y luego utilizaron la violencia, incluyendo violaciones, para echar el resto de la gente", según el diario.

"Muchos de los detenidos sufrieron torturas severas, incluyendo golpizas, choques eléctricos y fueron obligados a beber gasolina, en las instalaciones militares que fueron operadas como 'campos de concentración'", puntualiza el informe.

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