viernes, enero 06, 2006

Declaran beneméritos a los militares bolivianos que asesinaron al Che

La Paz, 5 de enero. Militares bolivianos que capturaron y asesinaron al guerrillero argentino cubano Ernesto Che Guevara en 1967, fueron declarados beneméritos de la Patria y no podrán ser retirados de los cargos públicos que ocupen, informaron fuentes oficiales citadas por la agencia Educación Radiofónica de Bolivia (Erbol).

"Los miembros del nuevo gobierno son guevaristas, pero tienen que ver la importancia de los bolivianos que defendieron a la patria en 1967, gente que ofrendó su vida para salvarnos del comunismo", señaló el diputado Carlos Nacif, ex presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara y uno de los impulsores de la medida.

Esto ocurre unas semanas antes de la investidura como presidente del socialista Evo Morales, quien se ha proclamado repetidamente como admirador de Guevara y en cuyo partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), militan parientes de guerrilleros que combatieron junto al Che en Bolivia.

Entre estos figuran el senador electo por La Paz, Antonio Peredo, y el concejal en la ciudad de Santa Cruz, Osvaldo Peredo, que son hermanos de los fallecidos Guido Inti y Roberto Coco Peredo, compañeros de armas de Guevara.

El diputado Carlos Nacif, ex presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y uno de los impulsores de la norma, declaró a agencias internacionales que la posibilidad de declarar beneméritos a ex combatientes se enmarca en los derechos para los miembros de la Confederación Nacional del ex Combatiente de la Guerrilla de Ñancahuazú, en una ley sancionada por el Senado el pasado miércoles.

Nacif agregó que los ex combatientes, cuyos nombres todavía no han sido dados a conocer, solicitaron también se les conceda una renta vitalicia, lo cual de momento les fue negado por falta de recursos en el Ministerio de Hacienda.

En cambio, como compensación, se decidió preservar su permanencia en los cargos públicos que ocupan actualmente.

El Che Guevara encabezó un foco guerrillero internacional en el sureste de Bolivia, a partir de 1966, por estar convencido de que este era el país en que había mejores condiciones para hacer la revolución.

El 8 de octubre de 1967, el Che y varios compañeros fueron capturados por un comando dirigido por agentes de la estadunidense Agencia Central de Inteligencia (CIA). El 9 de octubre fue fusilado en la localidad de La Higuera.

En La Higuera se erigió un santuario donde algunos bolivianos lo veneran como san Ernesto.

El sitio en que fue enterrado su cadáver fue un misterio hasta el 28 de junio de 1997, cuando sus restos fueron descubiertos cerca de la población de Vallegrande en la pista de aterrizaje de un aeropuerto. De hecho, la ubicación de la fosa clandestina fue revelada por un ex combatiente boliviano que participó en la captura, asesinato y sepultura del líder guerrillero.

Tras practicarse exámenes de ADN fue confirmada la identidad de Guevara y de algunos compañeros suyos sepultados en la misma fosa común. Los restos fueron repatriados a Cuba, donde fueron recibidos con honores y sepultados en la localidad de Santa Clara.

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